LAS METODOLOGÍAS ACTIVAS COMO POTENCIADORAS DE LOS
PROCESOS REFLEXIVOS Y CREATIVOS: PERCEPCIONES DOCENTES
ACTIVE METHODOLOGIES AS ENCOURAGERS OF REFLECTIVE AND CREATIVE
PROCESSES: TEACHERS' PERCEPTIONS
Volnei FORTUNA [1]
Hildegard
Susana JUNG [2]
Recibido Aprobado |
: : |
13.04.2023 02.07.2023 |
Publicado |
: |
08.07.2023 |
RESUMEN: El artículo propone
tematizar las Metodologías activas como potenciadoras de procesos reflexivos y
creativos a partir de percepciones docentes. La pregunta problematizadora que
permea la reflexión respecto al campo educativo actual es: ¿cómo las metodologías
activas de aprendizaje pueden potenciar el desarrollo de procesos reflexivos y
creativos desde la perspectiva de docentes que actúan en una escuela privada?
El objetivo es analizar la percepción de los profesores de una escuela privada
ubicada en un municipio de Rio Grande do Sul, Brasil, con respecto a las
metodologías activas de enseñanza y aprendizaje. Para la efectividad del
objetivo, se decidió realizar un estudio de caso cualitativo en la institución
educativa. Por lo tanto, se está analizando y reflexionando a partir de los
datos enumerados por los docentes en la investigación. El estudio explicita la
importancia de las metodologías activas en la cualificación del acto
pedagógico, presentando herramientas de innovación, emprendedurismo,
personalización, cultura maker y design
thinking, siendo los docentes mediadores en las
dinámicas de enseñanza y aprendizaje. La acción pedagógica innovadora es una
forma elevada de praxis pedagógica que conduce a la superación del quehacer
pedagógico, repensando así la estructura organizativa del espacio educativo y
las formas actuales de educar.
Palabras Claves: Metodología activa, Práxis
pedagógica, Creatividad, Educación innovadora.
ABSTRACT: The article
proposes to thematize active Methodologies as enhancers of reflective and
creative processes based on teaching perceptions. The problematizing question
that permeates the reflection regarding the current educational field is: how
can active learning methodologies enhance the development of reflective and
creative processes from the perspective of teachers who work in a private
school? The objective is to analyze the perception of the teachers of a private school located in a municipality of Rio Grande
do Sul, Brazil, with respect to active teaching and learning methodologies. For
the effectiveness of the objective, it was decided to carry out a qualitative
case study in the educational institution. Therefore, we are analyzing and
reflecting on the data listed by the professors in the investigation. The studio
explains the importance of active methodologies in the qualification of the
pedagogical act, presenting tools for innovation, entrepreneurship,
personalization, maker culture and design thinking, seeing teachers as
mediators in teaching and learning dynamics. Innovative pedagogical action is
an elevated form of pedagogical praxis that leads to overcoming the pedagogical
task, thus rethinking the organizational structure of the educational space and
current forms of education.
Keywords: Active methodology,
Pedagogical praxis, Creativity, Innovative education.
INTRODUCCIÓN
La educación a través de
sus metodologías conduce a los sujetos a entornos diferentes de donde se
encuentran, abriendo horizontes de transformación humana y social. El espacio educativo
dentro de su dinámica de enseñanza y aprendizaje integral se atribuye a la
democratización del saber, garantía subjetiva de la ciudadanía, atendiendo a la
formación de seres humanos críticos, racionales, que no pierdan la sensibilidad
ante las situaciones masificadas y de negación de derechos y fomenten la
solidaridad de las clases sociales. Para ello, el ser humano en su proceso de
devenir o ser, busca límites, fines y definiciones, buscando conocerse a sí
mismo y a los demás, encontrando en la educación espacios que le garanticen el
acceso al conocimiento epistemológico, con la finalidad de que sea necesario
aprender, o mejor dicho, aprender a aprender.
La herramienta necesaria
para dialogar con la realidad, la tecnología, la innovación constante, la
fragmentación del posicionamiento, la pasividad, la incoherencia, entre tantos
otros atributos positivos y negativos presentes en el siglo XXI, exige que las
personas adopten posiciones racionales y tautológicas aunadas a una acción
transformadora consciente. El ámbito educativo como productor y reproductor de
humanización, de apertura a establecer condiciones de vida dignas para todas
las personas, sin duda se hace responsable de los sujetos que forma y,
propiamente, del ser humano y profesional que estará actuando en el marco
social, político, económico. y culturales. Espacios que guían y desafían a los
sujetos a experiencias dicotómicas como: justicia o injusticia, honestidad o
deshonestidad, ética o antiética, humanización o deshumanización, coherencia o
inconsistencia, moral o inmoral, entre otras dualidades existentes.
La construcción de una
educación coherente en la concepción epistemológica contemporánea se sitúa en
un proceso dialógico intersubjetivo de producción y recreación de las sociedades.
El conocimiento no encuentra su fin en la acción cognoscitiva, sino en la
comunicación intersubjetiva que posibilita a educadores y educandos un diálogo
y una humanización constantes a partir de métodos y prácticas educativas que
posibilitan que los educandos ejerzan la pregunta, la provocación que mueve
éticamente a la transformación de las realidades. Por tanto, en la actualidad
existe una exigencia tanto para el educador como para el alumno de elevar la
praxis pedagógica a los campos de la innovación. Y, en este sentido, el
conocimiento es la construcción de la propia identidad del sujeto, que da
sentido a la vida. Así, la pregunta problematizadora que permea la reflexión
respecto al campo educativo actual consiste en: ¿cómo las metodologías activas
de aprendizaje pueden potenciar el desarrollo de procesos reflexivos y
creativos desde la perspectiva de docentes que actúan en una escuela privada?
Este tema intemporal
provoca y conduce a aprender a aprender, aprender a hacer y aprender a ser,
haciendo que la situación educativa forme sujetos para otra realidad, otra
sociedad, haciendo que los seres humanos descubran su esencia, considerando que
la educación es el factor producto de la sociedad y sus prácticas educativas
innovadoras hacen de la enseñanza y el aprendizaje algo placentero y
transformador. Estudiar la dimensión de las metodologías activas en la escuela
privada es una oportunidad para abrir nuevos horizontes cualitativos para el
campo educativo, así como una provocación para ampliar el debate sobre nuevas
perspectivas y formas de enseñanza y aprendizaje que impulsen la implicación
activa entre docente y alumnos. La educación a través de metodologías activas
de enseñanza y aprendizaje busca la formación integral del ser humano.
Dicho esto, este artículo
tiene como objetivo analizar la percepción de profesores de una escuela privada
ubicada en un municipio del estado de Rio Grande do Sul, Brasil, con respecto a
las metodologías activas de enseñanza y aprendizaje. Para que la efectividad del
objetivo se dé, se decidió realizar un estudio de caso cualitativo en una
institución educativa privada. Por lo tanto, se estará analizando y
reflexionando a partir de los datos enumerados por los docentes participantes
en la investigación. El estudio explicita la importancia de las metodologías
activas en la cualificación del acto pedagógico, presentando herramientas de
innovación, emprendimiento, personalización, cultura maker
y design thinking, siendo
los docentes los mediadores en las dinámicas de enseñanza y aprendizaje. En
cuanto a la arquitectura del texto, después de la introducción se estructura la
metodología de investigación, seguida del análisis y discusión de los datos y,
finalmente, las consideraciones finales.
Metodología de la
investigación
A continuación, se
presentan los procedimientos metodológicos adoptados para responder al objetivo
de la investigación, que fue analizar la percepción de docentes de una escuela
privada ubicada en un municipio del estado de Rio Grande do Sul, Brasil, con
respecto a las metodologías activas de enseñanza y aprendizaje. Para que la
efectividad del objetivo se dé, se decidió realizar un estudio de caso
cualitativo en la institución educativa en la que actúa uno de los autores del
trabajo. Según Yin (2015), la investigación se caracteriza por la fenomenología
de perspectivas actuales y reales. Observa y busca la accesibilidad a los datos
empíricos. Para este autor, llevar a cabo un estudio de caso requiere que el
sujeto formule buenas preguntas, sea un buen oyente, permanezca adaptable,
tenga una noción clara de los temas en estudio y sea imparcial. En este
sentido, se enfoca en el análisis sistemático de un cuestionario que se aplicó
a docentes. El cuestionario fue elaborado utilizando la herramienta Formularios
de Google, conteniendo nueve preguntas, dos de las cuales fueron descriptivas y
siete objetivas. Se aplicó en línea a los 36 docentes que actúan en los
siguientes niveles educativos: Educación Infantil, Enseñanza Básica I,
Enseñanza Básica II y Enseñanza Media. La escuela está ubicada en Rio Grande do
Sul, Brasil. Se ha obtenido la devolución de 28 cuestionarios contestados, lo
que corresponde al 77,8% de los participantes del estudio.
Se entiende que la eficacia
de un estudio de caso tiene historicidad y es fundamental la labor de
contextualización, siguiendo una coyuntura ordenada y cuidadosa de los
procedimientos que atienden al objeto de investigación. La investigación en
educación requiere de técnicas de aprendizaje que garanticen la generación de incertidumbres,
y la incertidumbre instiga al docente a buscar nuevos conocimientos, lo que
también es una metodología activa. Implica una construcción crítica, que es
parte esencial de cualquier dinámica de enseñanza y aprendizaje. Finalmente,
Yin (2015) fomenta que en los procesos de estudio de
caso, su elaboración sea atractiva, que anime a sus lectores, pero que no caiga
en el romanticismo. Para ello, es necesario conectar el talento y la
experiencia.
La investigación
sistemática a través del estudio de caso sobre metodologías activas permite la
reestructuración de los procesos educativos, resultando en la calificación
pedagógica. Para ello, con la obtención de las respuestas a los cuestionarios,
se procedió a su tabulación y análisis, siguiendo los lineamientos de Bardin (2016) en cuanto a la técnica de análisis de
contenido. Según la autora, esta técnica busca saber qué hay detrás de las
palabras en las que se centra. Este movimiento analítico implica un examen
exhaustivo del corpus de investigación a la luz del marco teórico, del cual
emergen las inferencias de los investigadores.
Para ello, se buscó, de
forma analítica y sistemática, el conocimiento de las categorías previamente
establecidas a partir del marco teórico: protagonismo, innovación en las prácticas
pedagógicas y formación continua del profesorado. Estas tres categorías,
sustentadas por los autores investigados, tienen una fuerte implicación con las
variables del campo sociológico, histórico y psíquico del sujeto investigado.
Según Bardin (2016), las categorías son una especie
de cajones, en los que descansan las frecuencias encontradas en el corpus
analítico.
DESARROLLO
Análisis y discusión de los
resultados
En este apartado se
analizan y discuten los resultados de los cuestionarios enviados a los
docentes. Se presentan datos del estudio de caso, reflexionando sobre la
perspectiva de metodologías activas de enseñanza y aprendizaje a partir de la
percepción de docentes que actúan en una escuela privada de Rio Grande do Sul,
Brasil.
Dialogando con las
metodologías activas
Con base en el análisis de
los datos, es posible afirmar que el 14% de las recibidas fueron de Educación
Infantil, 32% de la Enseñanza Básica I, 18% de Enseñanza Básica II y 36% de la
Enseñanza Media. Se destaca que la institución educativa investigada entiende
la educación desde la perspectiva de la emancipación social, desarrollando
habilidades y competencias que promuevan relaciones armoniosas entre las
peculiaridades subjetivas e intersubjetivas. El desafío de la educación
consiste en la formación humana, centrada en la vida y comprometida con una
nueva sociedad. Para ello, transita progresivamente de una educación bancaria a
una educación basada en problemas, posibilitando la formación continua de los docentes
con énfasis en metodologías activas y generando espacios físicos propicios para
su efectividad.
En este camino praxiológico, Valente (2018) expresa que las metodologías
activas de aprendizaje están inherentes a los modos pedagógicos que direccionan
la dinámica de enseñanza y de aprendizaje del estudiante, poniéndolo en una
situación activa ante el contexto investigativo y problemática a desvendar en
conjunto con el profesor. En cuanto a la percepción de los docentes con
respecto a las metodologías activas de aprendizaje, se destacaron las
principales palabras aportadas por los educadores, como se muestra en la figura
1.
Figura 1. Percepción de los
educadores sobre metodologías activas de aprendizaje[3]
Fuente: Elaborado por los autores a
partir de las respuestas al cuestionario (2023).
Se observa que los docentes
entienden las metodologías activas de enseñanza y aprendizaje como elementales
en el proceso de desarrollo integral de los estudiantes. Son herramientas que
cualifican la enseñanza y el aprendizaje y sitúan al estudiante como
protagonista en el desarrollo de la investigación y construcción del
conocimiento. La categoría de protagonismo del estudiante se evidencia en la
nube de palabras y nos damos cuenta que permite
superar la pasividad y lo pone en situación de incorporar las experiencias
brindadas en el espacio educativo. Cabe destacar que el protagonismo se da a
medida que el estudiante se desarrolla junto al profesor a lo largo de su vida
académica. En este sentido, resulta conveniente recuperar las palabras de
Freire (1996, p. 26), que explica:
Es parte de las condiciones
en las que es posible el aprendizaje crítico que los estudiantes asuman que el
educador ya ha tenido o sigue teniendo experiencia en la producción de
determinado conocimiento y que esta no puede ser simplemente transferida a
ellos, los estudiantes. Por el contrario, en las condiciones del verdadero
aprendizaje, los estudiantes se transforman en verdaderos sujetos de la
construcción y reconstrucción del saber enseñado, junto al educador, que es
también sujeto del proceso. Sólo así podemos hablar realmente de un
conocimiento enseñado, en el que el objeto enseñado es aprehendido en su razón
de ser y, por tanto, aprendido por los alumnos.
El ejercicio de los
conceptos presentados por los docentes requiere una constante revisión
teórico-práctica de su postura profesional, así como el involucramiento de los
estudiantes en la planificación, ejecución y evaluación de la clase. Para que
el estudiante se involucre en la dinámica de enseñanza y aprendizaje, es
necesario que esté en el centro. Esto no quiere decir que el docente esté
perdiendo su espacio, sino ocupando una posición estratégica en la realización
de nuevos enfoques desde diferentes contextos. La tarea del docente no se
limita a enseñar los contenidos, sino a colaborar con la percepción crítica y
el pensamiento asertivo frente a los matices de la sociedad. La escuela es
pensada como un espacio asociado a lo que sucede en la vida cotidiana, se puede
decir que este es el saber significativo.
En cuanto a las
metodologías de aprendizaje activo que conocen los educadores, las más citadas
fueron: proyectos, tecnologías en la educación, aula innovadora, aula
invertida, participación en la escritura musical, enseñanza interactiva y
dinámica, autodidacta, gamificación, enseñanza híbrida, estudio de caso,
seminarios, debates, design thinking, cultura maker,
think-pair-share
"los expertos", puzzle, acuario,
aprendizaje colaborativo, rotación de estaciones, investigación de campo, blended learning y e-learning,
storytelling, dinámicas de grupo ABCD/1234,
piense más, entre otros. Pero vale la pena señalar que la metodología de
aprendizaje activo que más se destacó entre las respuestas de los educadores
fue el aula invertida.
No se puede pensar la
educación sin un impulso desorientador, haciendo que los estudiantes busquen
construir su autonomía y cuestionamiento crítico. Reorientarlos activamente
significa, en primer lugar, ayudarlos a desorientarse. Nuestra experiencia nos
hace darnos cuenta de que mediar a los individuos en la formación y
autoformación exige el autoconocimiento y el cuidado con el propio proceso y el
del otro también, es decir, necesitamos del otro (Benatti
& Jung, 2022). El proceso de investigación educativa atañe a lo que se dice
y lo que se hace, entre pretensiones y propósitos. La educación es práctica,
teoría e investigación. En este contexto, el docente provoca que el alumno
experimente su propia autonomía, así como deja claro que la educación sólo
tiene sentido cuando mueve el compartir entre sus interlocutores.
El acto pedagógico
innovador es una forma elevada de praxis pedagógica que conduce a la superación
del quehacer pedagógico, repensando así la estructura organizativa del espacio
educativo y las formas actuales de educar. Así, se puede decir que la
metodología de aprendizaje activo que hoy está en la cultura de una institución
educativa es elemental para la cualificación de los procesos pedagógicos
mediados. La interacción mediada introduce orden en el encuentro del ser humano
con el mundo (Feuerstein, 2014). Se reafirma la tesis de que es a través de la
presentación de prácticas educativas innovadoras que las personas transforman y
cambian la realidad de su entorno.
Cuando se les preguntó a
los educadores si las metodologías de aprendizaje son fundamentales para la
praxis pedagógica (teoría y práctica) del educador, el 67,9% respondió siempre
y el 32,1% a menudo, destacando que todos los educadores perciben las
metodologías activas de aprendizaje como fundamentales en su proceso pedagógico.
Sin embargo, el 7,1% de los educadores pocas veces se siente cualificado para
aplicar estrategias didácticas que trascienden la clase tradicional, el 60,7%
se siente cualificado muchas veces y el 32,2%, siempre. En el requerimiento me
siento cualificado para la aplicación de metodologías activas de aprendizaje,
el 7,1% se siente pocas veces, el 75% muchas veces y el 17,9% siempre
cualificado para la aplicación. De esta manera, se nota que aún una pequeña
parte de los educadores siente dificultades en la aplicación de estas
metodologías.
Nos queda claro que el
proceso de formación referido a metodologías activas es un camino que está
siendo recorrido por los docentes. Requiere conocimientos académicos y
pedagógicos, así como habilidades y competencias sintonizadas sinérgicamente.
Freire, en la obra Pedagogía de la autonomía: conocimientos necesarios para la
práctica educativa, presenta 27 requisitos incorporados al acto de enseñar. Las
exigencias que presenta la teoría freireana suscitan
el debate entre el docente y los alumnos, provocándolos a una postura
gnoseológica, ética y estética. El cambio educativo depende de los docentes, de
su formación y en consecuencia de sus prácticas pedagógicas. Nóvoa (1997, p. 27) aclara sobre la formación docente:
La formación debe fomentar
una perspectiva crítico-reflexiva, que proporcione a los docentes los medios
para el pensamiento autónomo y que facilite la dinámica de autoformación
participativa. Estar en formación implica una inversión personal, un trabajo libre
y creativo en los propios caminos y proyectos, con vistas a la construcción de
una identidad, que es también una identidad profesional.
En teoría, los docentes que
están en constante capacitación automáticamente mejoran y califican sus
prácticas pedagógicas, mejorando así la enseñanza y el aprendizaje con los
estudiantes. La formación profesional del docente se refleja en la excelencia
educativa en el ámbito propio de la materia de estudio y en la interacción con
los docentes que integran el cuerpo docente de una institución educativa.[4]
En la Figura 2 se evidencia
que el 64,3% de los educadores suelen utilizar la aplicación de múltiples
estrategias metodológicas en la dinámica de enseñanza y aprendizaje en sus
clases. Y los que siempre utilizan esta aplicación son un 25%, mientras que los
educadores que rara vez usan esta dinámica consisten en un 10.7%.
Figura 2. Aplicación de múltiples estrategias metodológicas en la dinámica de
enseñanza y aprendizaje.
Fuente: Elaborado por los autores a
partir de las respuestas al cuestionario (2023).
La mayoría de los
educadores utilizan estrategias de aprendizaje diversificadas y activas para
desarrollarse en el aula, pues se obtuvo un retorno total (muchas veces y
siempre) del 92,9%, quedando solo un 7,1% de educadores con la respuesta de que
pocas veces buscan perfeccionarse en esta exigencia. Cuando se preguntó a los
educadores si a los estudiantes les gustaba la dinámica de enseñanza y
aprendizaje realizada por ellos, sintiéndose interpelados con la problematización
de los temas en el área de conocimiento en que actúan, sólo el 7,1% respondió
pocas veces. Los demás contestaron: el 64,3% a menudo y el 28,6% siempre,
destacando que a los estudiantes les gusta la dinámica de enseñanza utilizada
en las aulas por los educadores.
La mayoría de los
educadores utilizan estrategias de aprendizaje diversificadas y activas para
desarrollarse en el aula, pues respondieron que muchas veces y siempre (92,9%)
lo hacen. Sólo un 7,1% de educadores declaram que
pocas veces buscan perfeccionarse en esta exigencia. Cuando se preguntó a los
educadores si a los estudiantes les gustaba la dinámica de enseñanza y
aprendizaje realizada por ellos, sintiéndose interpelados con la
problematización de los temas en el área de conocimiento en que actúan, sólo el
7,1% respondió pocas veces. El 64,3% contestó a menudo y el 28,6% siempre,
destacando que a los estudiantes les gusta la dinámica de enseñanza utilizada
en las aulas por los educadores. En este sentido, Horn
y Staker (2015) aclaran que
debido a algunos cambios fundamentales en nuestra sociedad, más y más alumnos
necesitan maestros que los puedan orientar académicamente como mentores, no
sólo para ayudarlos a construir relaciones positivas y divertirse con los
amigos, sino también para auxiliar-los a obtener éxito en la vida.
Se destaca que los
estudiantes de la contemporaneidad interaccionan activamente para la
construcción epistemológica. Para ello, es de muy importante que el profesor
asuma el papel de mediador, estableciendo propuestas educativas que busquen la
cooperación, el trabajo en equipo a través de un planeamiento construido junto
con los estudiantes. Concomitantemente con el cambio de percepción educativa
entre el docente y el alumno, el espacio del aula también debe diseñarse
armónicamente desde la perspectiva de las metodologías activas. El entorno
diseñado estratégicamente con intervención activa colabora en gran medida con
el proceso de enseñanza y aprendizaje. Como ejemplo, basta con observar un
salón de clases donde los estudiantes todavía miran hacia la nuca unos a los
otros y un salón de clases donde los estudiantes están en pequeñas islas,
semicírculos os grupos, entre otros modelos. El entorno del aula y las
herramientas que ofrece (internet, tablet, chromebook, juegos de lógica, etc.) son facilitadores para
que el conocimiento sea más atractivo y colaborativo.
El terreno educativo es muy
fértil, pero a la vez muy peligroso ante la intensidad de los cambios que se
producen a un ritmo acelerado. En este sentido, el mundo moderno requiere de un
docente que promueva discusiones en las clases, que anime a los alumnos a
desempeñar un papel protagónico y sea el mediador de niños y adultos, que se
enseñe a sí mismo y a los demás (Lima & Moura, 2015). Con esto no se descarta
el rol del docente, justo lo contrario, se considera que tiene que invertir en
su propia formación y buscar mecanismos de innovación, motivación, encanto,
inspiración, para que le quede claro a los estudiantes
que la educación no se hace con más del mismo, sino a través de una praxis
pedagógica diferenciada.
En la última pregunta
(figura 3), el planteamiento se da si la institución educativa brinda a los
educadores procesos de formación sobre metodologías activas de aprendizaje. El
39,3 % respondió pocas veces, pero la mayoría de los educadores contestaron
muchas veces (46,4 %) y siempre (14,3 %). Así, se entiende que la institución
educativa pone a disposición estos procesos de formación.
Figura 3. Disponibilidad de procesos
formativos sobre metodologías activas de aprendizaje por la institución
educativa.
Fuente: Elaborado pelos autores a
partir de las respuestas al cuestionario (2023).
Luego del análisis de los
datos, es posible reflexionar sobre la percepción de los docentes respecto a
las metodologías activas de aprendizaje y cómo esta forma de enseñanza está
cada vez más presente en los círculos académicos. Presenta la necesaria continuidad
de los procesos de formación planificados y permanentes en la institución
investigada en un ámbito problematizador de las metodologías activas de
enseñanza y aprendizaje.
La educación contemporánea
ha venido provocando a lo largo de los años el ejercicio de la praxis
pedagógica, a partir de la formación de docentes mediadores. Cuando en la
mediación hay armonía entre mediador, individuo y conocimiento, se tienen en
cuenta los signos independientemente de la representación que manifiesten, que
puede ser lingüística, destacando los significados que se construyen en esta
relación (Benatti & Jung, 2022). Incluso en este
sentido Feuerstein (2014) señala que el mediador con intencionalidad cambia los
estímulos, los hace más salientes, más potentes, más imponentes y comprensibles
e importantes para el estudiante que está siendo mediado. Por tanto, en el
proceso de enseñanza y aprendizaje, es fundamental que la construcción de
sentido se entrecruce con la construcción de significados. El significado, finalidad
y objetivo del aprendizaje, para cada uno, debe entrelazarse con los
significados socialmente construidos del conocimiento acumulado en la ciencia,
la cultura y la tecnología (Andrade & Sartori, 2018). Frente a un contexto
de cambio constante que viven las sociedades en la actualidad, el campo
educativo tiene que estar atento a propiciar, a través de sus recursos
pedagógicos, didácticos y metodológicos (entre otros elementos que integran el
acto de enseñar y aprender), el desarrollo de capacidades que preparar a los
estudiantes para el mundo.
Protagonismo, innovación en
las prácticas pedagógicas y formação continua docente
Con respecto a las tres
categorías evidenciadas en la investigación, es posible decir que la
metodología activa de enseñanza y aprendizaje propone el empoderamiento del
estudiante como protagonista en la construcción del conocimiento. Descubre y
profundiza contenidos, crea y recrea situaciones conectadas con su realidad, se
posiciona frente a la organización de las sociedades y también de la educación.
Según el Docente 1[5],
“el aula estática ya no puede soportar la responsabilidad de educar hoy. La
metodología activa es capaz de movilizar a los estudiantes y aumentar el
compromiso en el proceso de enseñanza y aprendizaje”. Con esto, los estudiantes
se desarrollan individualmente y se vuelven propositivos en las percepciones
con el colectivo, creciendo epistemológicamente en un ámbito subjetivo e
intersubjetivo.
A medida que los
estudiantes intensifiquen su acción ante los desafíos contextuales de su edad,
mayor será su aprendizaje. El hecho de que las metodologías sean activas
consiste en la relación con la implementación de prácticas pedagógicas para
involucrar a los estudiantes, comprometiéndolos en actividades prácticas en las
que sean protagonistas de su aprendizaje (Valente, 2018). De esta manera, el
docente crea situaciones en las que los estudiantes planifican, problematizan,
interactúan entre sí, desarrollando la capacidad crítica y reflexiva a través
de la praxis pedagógica. La postura dinámica del profesor en el aula permite
ejercer el protagonismo del alumno, a la vez que releva al profesor de la
responsabilidad de ser el único y exclusivo referente en el aula, lo que le
otorga más posibilidades para realizar la labor de mediación (Ganzela, 2018). Desde esta perspectiva, las clases se
vuelven menos expositivas y dirigidas, provocando la interacción
profesor-alumno, alumno-alumno y alumno-mundo, acercando el contenido al
contexto de los alumnos como una forma de incentivo estratégico para la
enseñanza y el aprendizaje. Para fortalecer el protagonismo, el docente puede
utilizar herramientas que promuevan su desarrollo como mediador, así como el
desarrollo del estudiante que se encuentra en proceso de formación.
Se reafirma que implementar
mecanismos innovadores en la práctica pedagógica califica la categoría de
protagonismo. El Docente 2 expresa que es sumamente importante hoy en día
utilizar herramientas que incluyan “aprendizaje basado en problemas,
aprendizaje basado en proyectos, gamificación, aula invertida, estudio de
casos, STEAM, cultura maker, seminarios”. En
este contexto de posibilidades innovadoras que presenta el Docente 2, se
destaca la metodología STEAM, que reúne los componentes curriculares de
ciencia, tecnología, ingeniería, artes y matemáticas, enfocándose en la
construcción del conocimiento de manera transversal y teniendo al estudiante
como protagonista. protagonista. El modelo busca la formación integral de los
estudiantes considerando aspectos académicos, competencias y relacionales, a
partir de la colaboración, la autonomía y la creatividad (Lorenzini, Assumpção & Bizerra, 2018).
La eficacia de la innovación de las prácticas pedagógicas cualifica
eminentemente el movimiento de formación integral de los sujetos, permitiendo
al docente y al alumno apropiarse de las habilidades y competencias que buscan
desarrollar en una determinada clase.
El Informe a la UNESCO de
la Comisión Internacional de Educación para el Siglo XXI, denominado Educación
un Tesoro por Descubrir (1988), problematiza los desafíos de la educación
frente a elementos que son esenciales en la constitución de las sociedades, que
permean la dimensión de paz, libertad y de justicia social. La consolidación de
procesos educativos sólidos frente a la constante transformación, explícitos en
la coyuntura actual, subsidia a los sujetos a enfrentar las tensiones sin
perder de vista el respeto a la subjetividad y la intersubjetividad, con miras
a la construcción de una sociedad de sujetos protagonistas. La educación tiene
la noble tarea de desarrollar tanto a los seres humanos como a las comunidades.
Una de las grandes tesis de
la educación para el siglo XXI contempla la formación (bildung)
del sujeto a lo largo de la vida, la cual tiene como punto clave atender las
necesidades de las constantes transformaciones e innovaciones que surgen en el
mundo. A partir de los elementos básicos de la educación: aprender a conocer,
aprender a hacer y aprender a ser, se busca una educación permanente basada en
la cooperación y la diversidad de actividades sociales y profesionales. Se
destaca que “el siglo XXI exigirá de todos nosotros una gran capacidad de
autonomía y discernimiento, junto con el reforzamiento de la responsabilidad
personal, en la realización de un destino colectivo” (DELORS, 1998, p. 20). El
desarrollo de la capacidad de autoconocimiento en vista de un desempeño
asertivo en el colectivo mejora la adaptación constante que supone la
transformación de la sociedad sin perder de vista una educación equitativa y de
calidad. La innovación en las prácticas pedagógicas es una categoría que
vislumbra la creatividad en sí misma, que es la tónica que integra las diversas
herramientas que están a disposición del acto pedagógico (no restringidas al
uso de las tecnologías), haciendo más eficiente la enseñanza y el aprendizaje.
“Los docentes que, mediante el dogmatismo, matan la curiosidad o el espíritu
crítico de sus alumnos, en lugar de desarrollarlos, pueden ser más dañinos que
útiles” (DELORS, 1998, p. 98). La innovación exige un cambio de comportamiento
y de actuación con miras a consolidar nuevas experiencias que tengan sentido,
es decir, el docente recurre a las diferentes formas de enseñar y aprender,
dando así un nuevo sentido a su práctica pedagógica. Para que esto suceda, la
formación continua del profesorado es fundamental en el entorno educativo.
La formación hoy exige la
consideración del contexto de vida de los sujetos. Se puede resaltar que la
formación continua de los docentes tiene que ser un requisito de la práctica
profesional. La pedagogía de Freire comprende la formación permanente a partir
de la existencia de una dinámica político-pedagógica que incluye al ser humano
como sujeto histórico. Con la concepción del sujeto histórico se establece una
lógica procedimental de constante constitución de sí mismo con los demás a
través de un pasado que es historia, un presente que es sueño, utopía,
esperanza y un futuro que puede ser transformado. “La esperanza es una
condición indispensable para la experiencia histórica. Sin ella no habría
historia, sino puro determinismo” (Freire, 1996, p. 72). Frente a la vocación
ontológica del sujeto en vista de la transformación de las realidades, éste se
constituye como ser humano de acción y reflexión. Delors (1998, p. 191) es
explícito sobre la importancia de las herramientas que colaboran con el proceso
de constitución humana:
Armados con estos nuevos
instrumentos, los estudiantes se convierten en investigadores. Los profesores
enseñan a los alumnos a evaluar y gestionar, en la práctica, la información que
les llega. Este proceso demuestra estar mucho más cerca de la vida real que los
métodos tradicionales de transmisión del conocimiento. Empiezan a surgir nuevos
tipos de relaciones en las aulas.
Sin embargo, pensamos en
una educación capaz de establecer conexiones entre sujeto-sujeto, sujeto-objeto
y sujeto-mundo. En esta relación problematizadora se supera la dualidad entre
maestro y alumno, haciendo explícita la tesis de que “nadie educa a nadie, como
nadie se educa a sí mismo: el ser humano se educa en comunión, mediado por el
mundo” (Freire, 1987, p. 69). Para ello, la pedagogía tradicional se convierte
en un retroceso pedagógico para la formación continua del profesorado. Se guía
por una estructura dicotómica sujeto-objeto. Ya que el sujeto es el docente que
sabe, piensa, actúa, entre otros, y el alumno es el objeto que no sabe, que es
pensamiento, receptor del saber del docente. En la investigación, el Docente 3
relata que “el aula estática ya no soporta la responsabilidad de educar hoy”.
Este elemento provoca que el docente visualice la redefinición de su práctica
pedagógica.
La relación intersubjetiva
entre docente y alumno posibilita al docente en el acto de sensibilizar, tomar
conciencia; en el acto de educar, educarse, en el acto de transformarse; en el
acto de liberar, liberarse; en el acto de investigar, investigarse, en el acto
de construir ciudadanía, hacerse ciudadano (Benincá,
2004). En este contexto, el Docente 5 expresa que las metodologías activas de
aprendizaje “ayudan mucho en el proceso de desarrollo de las habilidades de
cada estudiante, estimulan el razonamiento, la autonomía y revelan el
liderazgo. Las metodologías activas hacen al estudiante más participativo e
investigativo. También aportan mucho en términos de gestión y resolución de
conflictos. Saber escuchar la opinión/idea del otro y juntos a través del
diálogo llegar a consensos buscando algo en común”. Se entiende que la
formación continua del profesorado es una categoría determinante y que, si no
se desarrolla adecuadamente, implica en las categorías de protagonismo e innovación
en las prácticas pedagógicas.
En ese sentido, la relación
intrínseca con el contexto y las situaciones límite de la vida cotidiana
vividas por el estudiante, y específicamente por el docente, son promotoras de
sentido y compromiso con miras a la construcción del conocimiento. En este
camino, es necesario practicar algunos verbos, tales como: escuchar, ver,
preguntar, hacer, probar y enseñar. A partir de una analogía con el filósofo
Confucio, Barbosa y Moura (2013, p. 54) reflexionan: Lo que escucho, lo olvido;
Lo que oigo y veo, lo recuerdo; Lo que escucho, veo y pregunto o discuto, lo
empiezo a comprender; Lo que escucho, veo, discuto y hago, lo aprendo
desarrollando conocimiento y habilidad; Lo que le enseño a alguien, lo domino
con maestría.
En otras palabras, el
docente es quien provoca la reflexión, creando y recreando el mundo, es
formador de la conciencia crítica, así como, a través de metodologías que
buscan despertar la curiosidad. Lo que aquí se destaca es la importancia de
escuchar en esencia, valorando la posición de los estudiantes, creando
ambientes propicios para la enseñanza y el aprendizaje, entre otros aspectos
que hacen que la educación esté atenta a la subjetividad y la
intersubjetividad. Atentos a estas perspectivas, alcanzamos un alto grado de
pertenencia tanto del docente como del alumno en el desarrollo del conocimiento
y las humanidades.
En la relación subjetiva e
intersubjetiva entre el docente y el alumno, estos se desafían a ir más allá de
sí mismos, comprendiendo su realidad, conociéndola y, por tanto,
transformándola. En este sentido, la práctica pedagógica humanizadora establece
una interacción permanente entre el docente y el alumno, haciéndoles comprender
que están en una tarea en la que ambos son sujetos en acto, no sólo de
revelarlo y, por tanto, de conocerlo críticamente, sino también para recrear
ese saber (Freire, 1987). Este movimiento praxiológico
en el acto de educar agudiza el compromiso en el constante movimiento activo y
consciente de estar en el mundo con los demás.
Finalmente, las
instituciones educativas que utilizan las herramientas disponibles a través de
metodologías activas están alineadas con la organización de las sociedades
actuales, pues la sociedad y el mundo del trabajo necesitan profesionales abiertos
a nuevos aprendizajes y que sean capaces de actuar ante situaciones
inesperadas. (Benatti & Jung, 2022). Es de suma
importancia reflexionar sobre las formas de construir el conocimiento, para que
estas, con el tiempo, puedan ser mejoradas, tornándose transversales en el
proceso de enseñanza y aprendizaje, así como colocar al estudiante como
protagonista en la tónica de la educación.
CONCLUSIONES
La evolución del campo
educativo provoca la implementación de metodologías activas de aprendizaje y,
de manera especial, exige un abordaje profundo desde la educación básica,
involucrando a todos los actores escolares (equipo directivo y pedagógico,
docentes, alumnos y familias). Esta construcción compartida permite un mayor
asertividad en las posibilidades metodológicas adoptadas por una institución
educativa.
Movilizar a los docentes
para una acción orientadora y mediadora hace que la enseñanza y el aprendizaje
sean significativos. El propio estudiante protagonista del saber y de la
historia demuestra que el tiempo escolar es el tiempo de creación, de
problematización, de emprendimiento, de dar sentido a la vida, de dejar claro
que el ser humano en formación es una posibilidad, nunca un determinismo. La
comprensión de la problematización desde las metodologías activas permite
observar analíticamente el pasado, analizar el presente y proyectar el futuro,
negándose a su inexorabilidad. Porque tanto el alumno como el docente son
historia que se hace y se rehace en el mundo, por tanto, están en constante
desarrollo.
El estudio explicita la
importancia de las metodologías activas en la cualificación del acto
pedagógico, presentando herramientas de innovación, emprendimiento,
personalización, cultura maker y design
thinking, siendo los docentes los mediadores en las dinámicas
de enseñanza y aprendizaje. La acción pedagógica innovadora es una forma
elevada de praxis pedagógica que conduce a la superación del quehacer
pedagógico, repensando así la estructura organizativa del espacio educativo y
las formas actuales de educar. Por lo tanto, la tematización analítica y
reflexiva de este estudio de caso son relevantes para la continuidad de la
reflexión en los espacios académicos y de educación básica, por parte de
docentes y estudiantes que creen en el poder del espacio educativo, en la
efectividad de las metodologías activas como herramientas para generar
verdaderas conocimiento La institución investigada parte de esta perspectiva de
utilizar las diversas tecnologías existentes y disponibles, sin perder de vista
el rigor académico. Como estudios futuros, se piensa que la percepción de los
estudiantes con relación al aprendizaje significativo a partir de las
metodologías activas podrá contribuir para una comprensión más profunda sobre
la temática.
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[1] Doctor en Educación por el Programa de Posgrado de la Universidade de Passo Fundo (UPF). Posdoctorante en Educación por la Universidade La Salle - Canoas (Unilasalle)Canoas, Brasilvolnei.fortuna@unilasalle.edu.br ORCID: https://orcid.org/0000-0003-3047-2300
[2] Doctora
en Educación por la Universidade La Salle - Canoas (Unilasalle). Coordinadora del Programa de Posgrado en
Educación de la Universidade La Salle - Canoas.,
Brasil. Correo electrónico: hildegard.jung@unilasalle.edu.br ORCID: https://orcid.org/0000-0001-5871-3060
[3] Las palabras no han
sido traducidas para que la nube de palabras pueda reflejar con total fidedignidad las respuestas recolectadas en los
cuestionarios.
[4] Traducción
libre de los autores.
[5] Para
resguardar la identidad de los participantes en la investigación, se los ha
nombrado con la letra “D” de Docente y números secuenciales (D1, D2, D3, etc.).