LAS METODOLOGÍAS ACTIVAS COMO POTENCIADORAS DE LOS PROCESOS REFLEXIVOS Y CREATIVOS: PERCEPCIONES DOCENTES

 

ACTIVE METHODOLOGIES AS ENCOURAGERS OF REFLECTIVE AND CREATIVE PROCESSES: TEACHERS' PERCEPTIONS

 

Volnei FORTUNA [1]

Hildegard Susana JUNG [2]

Recibido

Aprobado

:

:

13.04.2023

02.07.2023

Publicado

:

08.07.2023

 

 

RESUMEN: El artículo propone tematizar las Metodologías activas como potenciadoras de procesos reflexivos y creativos a partir de percepciones docentes. La pregunta problematizadora que permea la reflexión respecto al campo educativo actual es: ¿cómo las metodologías activas de aprendizaje pueden potenciar el desarrollo de procesos reflexivos y creativos desde la perspectiva de docentes que actúan en una escuela privada? El objetivo es analizar la percepción de los profesores de una escuela privada ubicada en un municipio de Rio Grande do Sul, Brasil, con respecto a las metodologías activas de enseñanza y aprendizaje. Para la efectividad del objetivo, se decidió realizar un estudio de caso cualitativo en la institución educativa. Por lo tanto, se está analizando y reflexionando a partir de los datos enumerados por los docentes en la investigación. El estudio explicita la importancia de las metodologías activas en la cualificación del acto pedagógico, presentando herramientas de innovación, emprendedurismo, personalización, cultura maker y design thinking, siendo los docentes mediadores en las dinámicas de enseñanza y aprendizaje. La acción pedagógica innovadora es una forma elevada de praxis pedagógica que conduce a la superación del quehacer pedagógico, repensando así la estructura organizativa del espacio educativo y las formas actuales de educar.

Palabras Claves: Metodología activa, Práxis pedagógica, Creatividad, Educación innovadora.

ABSTRACT: The article proposes to thematize active Methodologies as enhancers of reflective and creative processes based on teaching perceptions. The problematizing question that permeates the reflection regarding the current educational field is: how can active learning methodologies enhance the development of reflective and creative processes from the perspective of teachers who work in a private school? The objective is to analyze the perception of the teachers of a private school located in a municipality of Rio Grande do Sul, Brazil, with respect to active teaching and learning methodologies. For the effectiveness of the objective, it was decided to carry out a qualitative case study in the educational institution. Therefore, we are analyzing and reflecting on the data listed by the professors in the investigation. The studio explains the importance of active methodologies in the qualification of the pedagogical act, presenting tools for innovation, entrepreneurship, personalization, maker culture and design thinking, seeing teachers as mediators in teaching and learning dynamics. Innovative pedagogical action is an elevated form of pedagogical praxis that leads to overcoming the pedagogical task, thus rethinking the organizational structure of the educational space and current forms of education.

Keywords: Active methodology, Pedagogical praxis, Creativity, Innovative education.

INTRODUCCIÓN

La educación a través de sus metodologías conduce a los sujetos a entornos diferentes de donde se encuentran, abriendo horizontes de transformación humana y social. El espacio educativo dentro de su dinámica de enseñanza y aprendizaje integral se atribuye a la democratización del saber, garantía subjetiva de la ciudadanía, atendiendo a la formación de seres humanos críticos, racionales, que no pierdan la sensibilidad ante las situaciones masificadas y de negación de derechos y fomenten la solidaridad de las clases sociales. Para ello, el ser humano en su proceso de devenir o ser, busca límites, fines y definiciones, buscando conocerse a sí mismo y a los demás, encontrando en la educación espacios que le garanticen el acceso al conocimiento epistemológico, con la finalidad de que sea necesario aprender, o mejor dicho, aprender a aprender.

La herramienta necesaria para dialogar con la realidad, la tecnología, la innovación constante, la fragmentación del posicionamiento, la pasividad, la incoherencia, entre tantos otros atributos positivos y negativos presentes en el siglo XXI, exige que las personas adopten posiciones racionales y tautológicas aunadas a una acción transformadora consciente. El ámbito educativo como productor y reproductor de humanización, de apertura a establecer condiciones de vida dignas para todas las personas, sin duda se hace responsable de los sujetos que forma y, propiamente, del ser humano y profesional que estará actuando en el marco social, político, económico. y culturales. Espacios que guían y desafían a los sujetos a experiencias dicotómicas como: justicia o injusticia, honestidad o deshonestidad, ética o antiética, humanización o deshumanización, coherencia o inconsistencia, moral o inmoral, entre otras dualidades existentes.

La construcción de una educación coherente en la concepción epistemológica contemporánea se sitúa en un proceso dialógico intersubjetivo de producción y recreación de las sociedades. El conocimiento no encuentra su fin en la acción cognoscitiva, sino en la comunicación intersubjetiva que posibilita a educadores y educandos un diálogo y una humanización constantes a partir de métodos y prácticas educativas que posibilitan que los educandos ejerzan la pregunta, la provocación que mueve éticamente a la transformación de las realidades. Por tanto, en la actualidad existe una exigencia tanto para el educador como para el alumno de elevar la praxis pedagógica a los campos de la innovación. Y, en este sentido, el conocimiento es la construcción de la propia identidad del sujeto, que da sentido a la vida. Así, la pregunta problematizadora que permea la reflexión respecto al campo educativo actual consiste en: ¿cómo las metodologías activas de aprendizaje pueden potenciar el desarrollo de procesos reflexivos y creativos desde la perspectiva de docentes que actúan en una escuela privada?

Este tema intemporal provoca y conduce a aprender a aprender, aprender a hacer y aprender a ser, haciendo que la situación educativa forme sujetos para otra realidad, otra sociedad, haciendo que los seres humanos descubran su esencia, considerando que la educación es el factor producto de la sociedad y sus prácticas educativas innovadoras hacen de la enseñanza y el aprendizaje algo placentero y transformador. Estudiar la dimensión de las metodologías activas en la escuela privada es una oportunidad para abrir nuevos horizontes cualitativos para el campo educativo, así como una provocación para ampliar el debate sobre nuevas perspectivas y formas de enseñanza y aprendizaje que impulsen la implicación activa entre docente y alumnos. La educación a través de metodologías activas de enseñanza y aprendizaje busca la formación integral del ser humano.

Dicho esto, este artículo tiene como objetivo analizar la percepción de profesores de una escuela privada ubicada en un municipio del estado de Rio Grande do Sul, Brasil, con respecto a las metodologías activas de enseñanza y aprendizaje. Para que la efectividad del objetivo se dé, se decidió realizar un estudio de caso cualitativo en una institución educativa privada. Por lo tanto, se estará analizando y reflexionando a partir de los datos enumerados por los docentes participantes en la investigación. El estudio explicita la importancia de las metodologías activas en la cualificación del acto pedagógico, presentando herramientas de innovación, emprendimiento, personalización, cultura maker y design thinking, siendo los docentes los mediadores en las dinámicas de enseñanza y aprendizaje. En cuanto a la arquitectura del texto, después de la introducción se estructura la metodología de investigación, seguida del análisis y discusión de los datos y, finalmente, las consideraciones finales.

 

Metodología de la investigación

A continuación, se presentan los procedimientos metodológicos adoptados para responder al objetivo de la investigación, que fue analizar la percepción de docentes de una escuela privada ubicada en un municipio del estado de Rio Grande do Sul, Brasil, con respecto a las metodologías activas de enseñanza y aprendizaje. Para que la efectividad del objetivo se dé, se decidió realizar un estudio de caso cualitativo en la institución educativa en la que actúa uno de los autores del trabajo. Según Yin (2015), la investigación se caracteriza por la fenomenología de perspectivas actuales y reales. Observa y busca la accesibilidad a los datos empíricos. Para este autor, llevar a cabo un estudio de caso requiere que el sujeto formule buenas preguntas, sea un buen oyente, permanezca adaptable, tenga una noción clara de los temas en estudio y sea imparcial. En este sentido, se enfoca en el análisis sistemático de un cuestionario que se aplicó a docentes. El cuestionario fue elaborado utilizando la herramienta Formularios de Google, conteniendo nueve preguntas, dos de las cuales fueron descriptivas y siete objetivas. Se aplicó en línea a los 36 docentes que actúan en los siguientes niveles educativos: Educación Infantil, Enseñanza Básica I, Enseñanza Básica II y Enseñanza Media. La escuela está ubicada en Rio Grande do Sul, Brasil. Se ha obtenido la devolución de 28 cuestionarios contestados, lo que corresponde al 77,8% de los participantes del estudio.

Se entiende que la eficacia de un estudio de caso tiene historicidad y es fundamental la labor de contextualización, siguiendo una coyuntura ordenada y cuidadosa de los procedimientos que atienden al objeto de investigación. La investigación en educación requiere de técnicas de aprendizaje que garanticen la generación de incertidumbres, y la incertidumbre instiga al docente a buscar nuevos conocimientos, lo que también es una metodología activa. Implica una construcción crítica, que es parte esencial de cualquier dinámica de enseñanza y aprendizaje. Finalmente, Yin (2015) fomenta que en los procesos de estudio de caso, su elaboración sea atractiva, que anime a sus lectores, pero que no caiga en el romanticismo. Para ello, es necesario conectar el talento y la experiencia.

La investigación sistemática a través del estudio de caso sobre metodologías activas permite la reestructuración de los procesos educativos, resultando en la calificación pedagógica. Para ello, con la obtención de las respuestas a los cuestionarios, se procedió a su tabulación y análisis, siguiendo los lineamientos de Bardin (2016) en cuanto a la técnica de análisis de contenido. Según la autora, esta técnica busca saber qué hay detrás de las palabras en las que se centra. Este movimiento analítico implica un examen exhaustivo del corpus de investigación a la luz del marco teórico, del cual emergen las inferencias de los investigadores.

Para ello, se buscó, de forma analítica y sistemática, el conocimiento de las categorías previamente establecidas a partir del marco teórico: protagonismo, innovación en las prácticas pedagógicas y formación continua del profesorado. Estas tres categorías, sustentadas por los autores investigados, tienen una fuerte implicación con las variables del campo sociológico, histórico y psíquico del sujeto investigado. Según Bardin (2016), las categorías son una especie de cajones, en los que descansan las frecuencias encontradas en el corpus analítico.

DESARROLLO

Análisis y discusión de los resultados

En este apartado se analizan y discuten los resultados de los cuestionarios enviados a los docentes. Se presentan datos del estudio de caso, reflexionando sobre la perspectiva de metodologías activas de enseñanza y aprendizaje a partir de la percepción de docentes que actúan en una escuela privada de Rio Grande do Sul, Brasil.

Dialogando con las metodologías activas

Con base en el análisis de los datos, es posible afirmar que el 14% de las recibidas fueron de Educación Infantil, 32% de la Enseñanza Básica I, 18% de Enseñanza Básica II y 36% de la Enseñanza Media. Se destaca que la institución educativa investigada entiende la educación desde la perspectiva de la emancipación social, desarrollando habilidades y competencias que promuevan relaciones armoniosas entre las peculiaridades subjetivas e intersubjetivas. El desafío de la educación consiste en la formación humana, centrada en la vida y comprometida con una nueva sociedad. Para ello, transita progresivamente de una educación bancaria a una educación basada en problemas, posibilitando la formación continua de los docentes con énfasis en metodologías activas y generando espacios físicos propicios para su efectividad.

En este camino praxiológico, Valente (2018) expresa que las metodologías activas de aprendizaje están inherentes a los modos pedagógicos que direccionan la dinámica de enseñanza y de aprendizaje del estudiante, poniéndolo en una situación activa ante el contexto investigativo y problemática a desvendar en conjunto con el profesor. En cuanto a la percepción de los docentes con respecto a las metodologías activas de aprendizaje, se destacaron las principales palabras aportadas por los educadores, como se muestra en la figura 1.

Figura 1. Percepción de los educadores sobre metodologías activas de aprendizaje[3]

Texto

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Fuente: Elaborado por los autores a partir de las respuestas al cuestionario (2023).

Se observa que los docentes entienden las metodologías activas de enseñanza y aprendizaje como elementales en el proceso de desarrollo integral de los estudiantes. Son herramientas que cualifican la enseñanza y el aprendizaje y sitúan al estudiante como protagonista en el desarrollo de la investigación y construcción del conocimiento. La categoría de protagonismo del estudiante se evidencia en la nube de palabras y nos damos cuenta que permite superar la pasividad y lo pone en situación de incorporar las experiencias brindadas en el espacio educativo. Cabe destacar que el protagonismo se da a medida que el estudiante se desarrolla junto al profesor a lo largo de su vida académica. En este sentido, resulta conveniente recuperar las palabras de Freire (1996, p. 26), que explica:

Es parte de las condiciones en las que es posible el aprendizaje crítico que los estudiantes asuman que el educador ya ha tenido o sigue teniendo experiencia en la producción de determinado conocimiento y que esta no puede ser simplemente transferida a ellos, los estudiantes. Por el contrario, en las condiciones del verdadero aprendizaje, los estudiantes se transforman en verdaderos sujetos de la construcción y reconstrucción del saber enseñado, junto al educador, que es también sujeto del proceso. Sólo así podemos hablar realmente de un conocimiento enseñado, en el que el objeto enseñado es aprehendido en su razón de ser y, por tanto, aprendido por los alumnos.

El ejercicio de los conceptos presentados por los docentes requiere una constante revisión teórico-práctica de su postura profesional, así como el involucramiento de los estudiantes en la planificación, ejecución y evaluación de la clase. Para que el estudiante se involucre en la dinámica de enseñanza y aprendizaje, es necesario que esté en el centro. Esto no quiere decir que el docente esté perdiendo su espacio, sino ocupando una posición estratégica en la realización de nuevos enfoques desde diferentes contextos. La tarea del docente no se limita a enseñar los contenidos, sino a colaborar con la percepción crítica y el pensamiento asertivo frente a los matices de la sociedad. La escuela es pensada como un espacio asociado a lo que sucede en la vida cotidiana, se puede decir que este es el saber significativo.

En cuanto a las metodologías de aprendizaje activo que conocen los educadores, las más citadas fueron: proyectos, tecnologías en la educación, aula innovadora, aula invertida, participación en la escritura musical, enseñanza interactiva y dinámica, autodidacta, gamificación, enseñanza híbrida, estudio de caso, seminarios, debates, design thinking, cultura maker, think-pair-share "los expertos", puzzle, acuario, aprendizaje colaborativo, rotación de estaciones, investigación de campo, blended learning y e-learning, storytelling, dinámicas de grupo ABCD/1234, piense más, entre otros. Pero vale la pena señalar que la metodología de aprendizaje activo que más se destacó entre las respuestas de los educadores fue el aula invertida.

No se puede pensar la educación sin un impulso desorientador, haciendo que los estudiantes busquen construir su autonomía y cuestionamiento crítico. Reorientarlos activamente significa, en primer lugar, ayudarlos a desorientarse. Nuestra experiencia nos hace darnos cuenta de que mediar a los individuos en la formación y autoformación exige el autoconocimiento y el cuidado con el propio proceso y el del otro también, es decir, necesitamos del otro (Benatti & Jung, 2022). El proceso de investigación educativa atañe a lo que se dice y lo que se hace, entre pretensiones y propósitos. La educación es práctica, teoría e investigación. En este contexto, el docente provoca que el alumno experimente su propia autonomía, así como deja claro que la educación sólo tiene sentido cuando mueve el compartir entre sus interlocutores.

El acto pedagógico innovador es una forma elevada de praxis pedagógica que conduce a la superación del quehacer pedagógico, repensando así la estructura organizativa del espacio educativo y las formas actuales de educar. Así, se puede decir que la metodología de aprendizaje activo que hoy está en la cultura de una institución educativa es elemental para la cualificación de los procesos pedagógicos mediados. La interacción mediada introduce orden en el encuentro del ser humano con el mundo (Feuerstein, 2014). Se reafirma la tesis de que es a través de la presentación de prácticas educativas innovadoras que las personas transforman y cambian la realidad de su entorno.

Cuando se les preguntó a los educadores si las metodologías de aprendizaje son fundamentales para la praxis pedagógica (teoría y práctica) del educador, el 67,9% respondió siempre y el 32,1% a menudo, destacando que todos los educadores perciben las metodologías activas de aprendizaje como fundamentales en su proceso pedagógico. Sin embargo, el 7,1% de los educadores pocas veces se siente cualificado para aplicar estrategias didácticas que trascienden la clase tradicional, el 60,7% se siente cualificado muchas veces y el 32,2%, siempre. En el requerimiento me siento cualificado para la aplicación de metodologías activas de aprendizaje, el 7,1% se siente pocas veces, el 75% muchas veces y el 17,9% siempre cualificado para la aplicación. De esta manera, se nota que aún una pequeña parte de los educadores siente dificultades en la aplicación de estas metodologías.

Nos queda claro que el proceso de formación referido a metodologías activas es un camino que está siendo recorrido por los docentes. Requiere conocimientos académicos y pedagógicos, así como habilidades y competencias sintonizadas sinérgicamente. Freire, en la obra Pedagogía de la autonomía: conocimientos necesarios para la práctica educativa, presenta 27 requisitos incorporados al acto de enseñar. Las exigencias que presenta la teoría freireana suscitan el debate entre el docente y los alumnos, provocándolos a una postura gnoseológica, ética y estética. El cambio educativo depende de los docentes, de su formación y en consecuencia de sus prácticas pedagógicas. Nóvoa (1997, p. 27) aclara sobre la formación docente:

La formación debe fomentar una perspectiva crítico-reflexiva, que proporcione a los docentes los medios para el pensamiento autónomo y que facilite la dinámica de autoformación participativa. Estar en formación implica una inversión personal, un trabajo libre y creativo en los propios caminos y proyectos, con vistas a la construcción de una identidad, que es también una identidad profesional.

En teoría, los docentes que están en constante capacitación automáticamente mejoran y califican sus prácticas pedagógicas, mejorando así la enseñanza y el aprendizaje con los estudiantes. La formación profesional del docente se refleja en la excelencia educativa en el ámbito propio de la materia de estudio y en la interacción con los docentes que integran el cuerpo docente de una institución educativa.[4]

En la Figura 2 se evidencia que el 64,3% de los educadores suelen utilizar la aplicación de múltiples estrategias metodológicas en la dinámica de enseñanza y aprendizaje en sus clases. Y los que siempre utilizan esta aplicación son un 25%, mientras que los educadores que rara vez usan esta dinámica consisten en un 10.7%.

 

Figura 2. Aplicación de múltiples estrategias metodológicas en la dinámica de enseñanza y aprendizaje.

Gráfico, Gráfico de barras

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Fuente: Elaborado por los autores a partir de las respuestas al cuestionario (2023).

La mayoría de los educadores utilizan estrategias de aprendizaje diversificadas y activas para desarrollarse en el aula, pues se obtuvo un retorno total (muchas veces y siempre) del 92,9%, quedando solo un 7,1% de educadores con la respuesta de que pocas veces buscan perfeccionarse en esta exigencia. Cuando se preguntó a los educadores si a los estudiantes les gustaba la dinámica de enseñanza y aprendizaje realizada por ellos, sintiéndose interpelados con la problematización de los temas en el área de conocimiento en que actúan, sólo el 7,1% respondió pocas veces. Los demás contestaron: el 64,3% a menudo y el 28,6% siempre, destacando que a los estudiantes les gusta la dinámica de enseñanza utilizada en las aulas por los educadores.

La mayoría de los educadores utilizan estrategias de aprendizaje diversificadas y activas para desarrollarse en el aula, pues respondieron que muchas veces y siempre (92,9%) lo hacen. Sólo un 7,1% de educadores declaram que pocas veces buscan perfeccionarse en esta exigencia. Cuando se preguntó a los educadores si a los estudiantes les gustaba la dinámica de enseñanza y aprendizaje realizada por ellos, sintiéndose interpelados con la problematización de los temas en el área de conocimiento en que actúan, sólo el 7,1% respondió pocas veces. El 64,3% contestó a menudo y el 28,6% siempre, destacando que a los estudiantes les gusta la dinámica de enseñanza utilizada en las aulas por los educadores. En este sentido, Horn y Staker (2015) aclaran que debido a algunos cambios fundamentales en nuestra sociedad, más y más alumnos necesitan maestros que los puedan orientar académicamente como mentores, no sólo para ayudarlos a construir relaciones positivas y divertirse con los amigos, sino también para auxiliar-los a obtener éxito en la vida.

Se destaca que los estudiantes de la contemporaneidad interaccionan activamente para la construcción epistemológica. Para ello, es de muy importante que el profesor asuma el papel de mediador, estableciendo propuestas educativas que busquen la cooperación, el trabajo en equipo a través de un planeamiento construido junto con los estudiantes. Concomitantemente con el cambio de percepción educativa entre el docente y el alumno, el espacio del aula también debe diseñarse armónicamente desde la perspectiva de las metodologías activas. El entorno diseñado estratégicamente con intervención activa colabora en gran medida con el proceso de enseñanza y aprendizaje. Como ejemplo, basta con observar un salón de clases donde los estudiantes todavía miran hacia la nuca unos a los otros y un salón de clases donde los estudiantes están en pequeñas islas, semicírculos os grupos, entre otros modelos. El entorno del aula y las herramientas que ofrece (internet, tablet, chromebook, juegos de lógica, etc.) son facilitadores para que el conocimiento sea más atractivo y colaborativo.

El terreno educativo es muy fértil, pero a la vez muy peligroso ante la intensidad de los cambios que se producen a un ritmo acelerado. En este sentido, el mundo moderno requiere de un docente que promueva discusiones en las clases, que anime a los alumnos a desempeñar un papel protagónico y sea el mediador de niños y adultos, que se enseñe a sí mismo y a los demás (Lima & Moura, 2015). Con esto no se descarta el rol del docente, justo lo contrario, se considera que tiene que invertir en su propia formación y buscar mecanismos de innovación, motivación, encanto, inspiración, para que le quede claro a los estudiantes que la educación no se hace con más del mismo, sino a través de una praxis pedagógica diferenciada.

En la última pregunta (figura 3), el planteamiento se da si la institución educativa brinda a los educadores procesos de formación sobre metodologías activas de aprendizaje. El 39,3 % respondió pocas veces, pero la mayoría de los educadores contestaron muchas veces (46,4 %) y siempre (14,3 %). Así, se entiende que la institución educativa pone a disposición estos procesos de formación.

Figura 3. Disponibilidad de procesos formativos sobre metodologías activas de aprendizaje por la institución educativa.

Gráfico, Gráfico circular

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Fuente: Elaborado pelos autores a partir de las respuestas al cuestionario (2023).

Luego del análisis de los datos, es posible reflexionar sobre la percepción de los docentes respecto a las metodologías activas de aprendizaje y cómo esta forma de enseñanza está cada vez más presente en los círculos académicos. Presenta la necesaria continuidad de los procesos de formación planificados y permanentes en la institución investigada en un ámbito problematizador de las metodologías activas de enseñanza y aprendizaje.

La educación contemporánea ha venido provocando a lo largo de los años el ejercicio de la praxis pedagógica, a partir de la formación de docentes mediadores. Cuando en la mediación hay armonía entre mediador, individuo y conocimiento, se tienen en cuenta los signos independientemente de la representación que manifiesten, que puede ser lingüística, destacando los significados que se construyen en esta relación (Benatti & Jung, 2022). Incluso en este sentido Feuerstein (2014) señala que el mediador con intencionalidad cambia los estímulos, los hace más salientes, más potentes, más imponentes y comprensibles e importantes para el estudiante que está siendo mediado. Por tanto, en el proceso de enseñanza y aprendizaje, es fundamental que la construcción de sentido se entrecruce con la construcción de significados. El significado, finalidad y objetivo del aprendizaje, para cada uno, debe entrelazarse con los significados socialmente construidos del conocimiento acumulado en la ciencia, la cultura y la tecnología (Andrade & Sartori, 2018). Frente a un contexto de cambio constante que viven las sociedades en la actualidad, el campo educativo tiene que estar atento a propiciar, a través de sus recursos pedagógicos, didácticos y metodológicos (entre otros elementos que integran el acto de enseñar y aprender), el desarrollo de capacidades que preparar a los estudiantes para el mundo.

Protagonismo, innovación en las prácticas pedagógicas y formação continua docente

Con respecto a las tres categorías evidenciadas en la investigación, es posible decir que la metodología activa de enseñanza y aprendizaje propone el empoderamiento del estudiante como protagonista en la construcción del conocimiento. Descubre y profundiza contenidos, crea y recrea situaciones conectadas con su realidad, se posiciona frente a la organización de las sociedades y también de la educación. Según el Docente 1[5], “el aula estática ya no puede soportar la responsabilidad de educar hoy. La metodología activa es capaz de movilizar a los estudiantes y aumentar el compromiso en el proceso de enseñanza y aprendizaje”. Con esto, los estudiantes se desarrollan individualmente y se vuelven propositivos en las percepciones con el colectivo, creciendo epistemológicamente en un ámbito subjetivo e intersubjetivo.

A medida que los estudiantes intensifiquen su acción ante los desafíos contextuales de su edad, mayor será su aprendizaje. El hecho de que las metodologías sean activas consiste en la relación con la implementación de prácticas pedagógicas para involucrar a los estudiantes, comprometiéndolos en actividades prácticas en las que sean protagonistas de su aprendizaje (Valente, 2018). De esta manera, el docente crea situaciones en las que los estudiantes planifican, problematizan, interactúan entre sí, desarrollando la capacidad crítica y reflexiva a través de la praxis pedagógica. La postura dinámica del profesor en el aula permite ejercer el protagonismo del alumno, a la vez que releva al profesor de la responsabilidad de ser el único y exclusivo referente en el aula, lo que le otorga más posibilidades para realizar la labor de mediación (Ganzela, 2018). Desde esta perspectiva, las clases se vuelven menos expositivas y dirigidas, provocando la interacción profesor-alumno, alumno-alumno y alumno-mundo, acercando el contenido al contexto de los alumnos como una forma de incentivo estratégico para la enseñanza y el aprendizaje. Para fortalecer el protagonismo, el docente puede utilizar herramientas que promuevan su desarrollo como mediador, así como el desarrollo del estudiante que se encuentra en proceso de formación.

Se reafirma que implementar mecanismos innovadores en la práctica pedagógica califica la categoría de protagonismo. El Docente 2 expresa que es sumamente importante hoy en día utilizar herramientas que incluyan “aprendizaje basado en problemas, aprendizaje basado en proyectos, gamificación, aula invertida, estudio de casos, STEAM, cultura maker, seminarios”. En este contexto de posibilidades innovadoras que presenta el Docente 2, se destaca la metodología STEAM, que reúne los componentes curriculares de ciencia, tecnología, ingeniería, artes y matemáticas, enfocándose en la construcción del conocimiento de manera transversal y teniendo al estudiante como protagonista. protagonista. El modelo busca la formación integral de los estudiantes considerando aspectos académicos, competencias y relacionales, a partir de la colaboración, la autonomía y la creatividad (Lorenzini, Assumpção & Bizerra, 2018). La eficacia de la innovación de las prácticas pedagógicas cualifica eminentemente el movimiento de formación integral de los sujetos, permitiendo al docente y al alumno apropiarse de las habilidades y competencias que buscan desarrollar en una determinada clase.

El Informe a la UNESCO de la Comisión Internacional de Educación para el Siglo XXI, denominado Educación un Tesoro por Descubrir (1988), problematiza los desafíos de la educación frente a elementos que son esenciales en la constitución de las sociedades, que permean la dimensión de paz, libertad y de justicia social. La consolidación de procesos educativos sólidos frente a la constante transformación, explícitos en la coyuntura actual, subsidia a los sujetos a enfrentar las tensiones sin perder de vista el respeto a la subjetividad y la intersubjetividad, con miras a la construcción de una sociedad de sujetos protagonistas. La educación tiene la noble tarea de desarrollar tanto a los seres humanos como a las comunidades.

Una de las grandes tesis de la educación para el siglo XXI contempla la formación (bildung) del sujeto a lo largo de la vida, la cual tiene como punto clave atender las necesidades de las constantes transformaciones e innovaciones que surgen en el mundo. A partir de los elementos básicos de la educación: aprender a conocer, aprender a hacer y aprender a ser, se busca una educación permanente basada en la cooperación y la diversidad de actividades sociales y profesionales. Se destaca que “el siglo XXI exigirá de todos nosotros una gran capacidad de autonomía y discernimiento, junto con el reforzamiento de la responsabilidad personal, en la realización de un destino colectivo” (DELORS, 1998, p. 20). El desarrollo de la capacidad de autoconocimiento en vista de un desempeño asertivo en el colectivo mejora la adaptación constante que supone la transformación de la sociedad sin perder de vista una educación equitativa y de calidad. La innovación en las prácticas pedagógicas es una categoría que vislumbra la creatividad en sí misma, que es la tónica que integra las diversas herramientas que están a disposición del acto pedagógico (no restringidas al uso de las tecnologías), haciendo más eficiente la enseñanza y el aprendizaje. “Los docentes que, mediante el dogmatismo, matan la curiosidad o el espíritu crítico de sus alumnos, en lugar de desarrollarlos, pueden ser más dañinos que útiles” (DELORS, 1998, p. 98). La innovación exige un cambio de comportamiento y de actuación con miras a consolidar nuevas experiencias que tengan sentido, es decir, el docente recurre a las diferentes formas de enseñar y aprender, dando así un nuevo sentido a su práctica pedagógica. Para que esto suceda, la formación continua del profesorado es fundamental en el entorno educativo.

La formación hoy exige la consideración del contexto de vida de los sujetos. Se puede resaltar que la formación continua de los docentes tiene que ser un requisito de la práctica profesional. La pedagogía de Freire comprende la formación permanente a partir de la existencia de una dinámica político-pedagógica que incluye al ser humano como sujeto histórico. Con la concepción del sujeto histórico se establece una lógica procedimental de constante constitución de sí mismo con los demás a través de un pasado que es historia, un presente que es sueño, utopía, esperanza y un futuro que puede ser transformado. “La esperanza es una condición indispensable para la experiencia histórica. Sin ella no habría historia, sino puro determinismo” (Freire, 1996, p. 72). Frente a la vocación ontológica del sujeto en vista de la transformación de las realidades, éste se constituye como ser humano de acción y reflexión. Delors (1998, p. 191) es explícito sobre la importancia de las herramientas que colaboran con el proceso de constitución humana:

Armados con estos nuevos instrumentos, los estudiantes se convierten en investigadores. Los profesores enseñan a los alumnos a evaluar y gestionar, en la práctica, la información que les llega. Este proceso demuestra estar mucho más cerca de la vida real que los métodos tradicionales de transmisión del conocimiento. Empiezan a surgir nuevos tipos de relaciones en las aulas.

Sin embargo, pensamos en una educación capaz de establecer conexiones entre sujeto-sujeto, sujeto-objeto y sujeto-mundo. En esta relación problematizadora se supera la dualidad entre maestro y alumno, haciendo explícita la tesis de que “nadie educa a nadie, como nadie se educa a sí mismo: el ser humano se educa en comunión, mediado por el mundo” (Freire, 1987, p. 69). Para ello, la pedagogía tradicional se convierte en un retroceso pedagógico para la formación continua del profesorado. Se guía por una estructura dicotómica sujeto-objeto. Ya que el sujeto es el docente que sabe, piensa, actúa, entre otros, y el alumno es el objeto que no sabe, que es pensamiento, receptor del saber del docente. En la investigación, el Docente 3 relata que “el aula estática ya no soporta la responsabilidad de educar hoy”. Este elemento provoca que el docente visualice la redefinición de su práctica pedagógica.

La relación intersubjetiva entre docente y alumno posibilita al docente en el acto de sensibilizar, tomar conciencia; en el acto de educar, educarse, en el acto de transformarse; en el acto de liberar, liberarse; en el acto de investigar, investigarse, en el acto de construir ciudadanía, hacerse ciudadano (Benincá, 2004). En este contexto, el Docente 5 expresa que las metodologías activas de aprendizaje “ayudan mucho en el proceso de desarrollo de las habilidades de cada estudiante, estimulan el razonamiento, la autonomía y revelan el liderazgo. Las metodologías activas hacen al estudiante más participativo e investigativo. También aportan mucho en términos de gestión y resolución de conflictos. Saber escuchar la opinión/idea del otro y juntos a través del diálogo llegar a consensos buscando algo en común”. Se entiende que la formación continua del profesorado es una categoría determinante y que, si no se desarrolla adecuadamente, implica en las categorías de protagonismo e innovación en las prácticas pedagógicas.

En ese sentido, la relación intrínseca con el contexto y las situaciones límite de la vida cotidiana vividas por el estudiante, y específicamente por el docente, son promotoras de sentido y compromiso con miras a la construcción del conocimiento. En este camino, es necesario practicar algunos verbos, tales como: escuchar, ver, preguntar, hacer, probar y enseñar. A partir de una analogía con el filósofo Confucio, Barbosa y Moura (2013, p. 54) reflexionan: Lo que escucho, lo olvido; Lo que oigo y veo, lo recuerdo; Lo que escucho, veo y pregunto o discuto, lo empiezo a comprender; Lo que escucho, veo, discuto y hago, lo aprendo desarrollando conocimiento y habilidad; Lo que le enseño a alguien, lo domino con maestría.

En otras palabras, el docente es quien provoca la reflexión, creando y recreando el mundo, es formador de la conciencia crítica, así como, a través de metodologías que buscan despertar la curiosidad. Lo que aquí se destaca es la importancia de escuchar en esencia, valorando la posición de los estudiantes, creando ambientes propicios para la enseñanza y el aprendizaje, entre otros aspectos que hacen que la educación esté atenta a la subjetividad y la intersubjetividad. Atentos a estas perspectivas, alcanzamos un alto grado de pertenencia tanto del docente como del alumno en el desarrollo del conocimiento y las humanidades.

En la relación subjetiva e intersubjetiva entre el docente y el alumno, estos se desafían a ir más allá de sí mismos, comprendiendo su realidad, conociéndola y, por tanto, transformándola. En este sentido, la práctica pedagógica humanizadora establece una interacción permanente entre el docente y el alumno, haciéndoles comprender que están en una tarea en la que ambos son sujetos en acto, no sólo de revelarlo y, por tanto, de conocerlo críticamente, sino también para recrear ese saber (Freire, 1987). Este movimiento praxiológico en el acto de educar agudiza el compromiso en el constante movimiento activo y consciente de estar en el mundo con los demás.

Finalmente, las instituciones educativas que utilizan las herramientas disponibles a través de metodologías activas están alineadas con la organización de las sociedades actuales, pues la sociedad y el mundo del trabajo necesitan profesionales abiertos a nuevos aprendizajes y que sean capaces de actuar ante situaciones inesperadas. (Benatti & Jung, 2022). Es de suma importancia reflexionar sobre las formas de construir el conocimiento, para que estas, con el tiempo, puedan ser mejoradas, tornándose transversales en el proceso de enseñanza y aprendizaje, así como colocar al estudiante como protagonista en la tónica de la educación.

CONCLUSIONES

La evolución del campo educativo provoca la implementación de metodologías activas de aprendizaje y, de manera especial, exige un abordaje profundo desde la educación básica, involucrando a todos los actores escolares (equipo directivo y pedagógico, docentes, alumnos y familias). Esta construcción compartida permite un mayor asertividad en las posibilidades metodológicas adoptadas por una institución educativa.

Movilizar a los docentes para una acción orientadora y mediadora hace que la enseñanza y el aprendizaje sean significativos. El propio estudiante protagonista del saber y de la historia demuestra que el tiempo escolar es el tiempo de creación, de problematización, de emprendimiento, de dar sentido a la vida, de dejar claro que el ser humano en formación es una posibilidad, nunca un determinismo. La comprensión de la problematización desde las metodologías activas permite observar analíticamente el pasado, analizar el presente y proyectar el futuro, negándose a su inexorabilidad. Porque tanto el alumno como el docente son historia que se hace y se rehace en el mundo, por tanto, están en constante desarrollo.

El estudio explicita la importancia de las metodologías activas en la cualificación del acto pedagógico, presentando herramientas de innovación, emprendimiento, personalización, cultura maker y design thinking, siendo los docentes los mediadores en las dinámicas de enseñanza y aprendizaje. La acción pedagógica innovadora es una forma elevada de praxis pedagógica que conduce a la superación del quehacer pedagógico, repensando así la estructura organizativa del espacio educativo y las formas actuales de educar. Por lo tanto, la tematización analítica y reflexiva de este estudio de caso son relevantes para la continuidad de la reflexión en los espacios académicos y de educación básica, por parte de docentes y estudiantes que creen en el poder del espacio educativo, en la efectividad de las metodologías activas como herramientas para generar verdaderas conocimiento La institución investigada parte de esta perspectiva de utilizar las diversas tecnologías existentes y disponibles, sin perder de vista el rigor académico. Como estudios futuros, se piensa que la percepción de los estudiantes con relación al aprendizaje significativo a partir de las metodologías activas podrá contribuir para una comprensión más profunda sobre la temática.

 

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[1] Doctor en Educación por el Programa de Posgrado de la Universidade de Passo Fundo (UPF). Posdoctorante en Educación por la Universidade La Salle - Canoas (Unilasalle)Canoas, Brasilvolnei.fortuna@unilasalle.edu.br ORCID: https://orcid.org/0000-0003-3047-2300

[2] Doctora en Educación por la Universidade La Salle - Canoas (Unilasalle). Coordinadora del Programa de Posgrado en Educación de la Universidade La Salle - Canoas., Brasil. Correo electrónico: hildegard.jung@unilasalle.edu.br ORCID: https://orcid.org/0000-0001-5871-3060  

[3] Las palabras no han sido traducidas para que la nube de palabras pueda reflejar con total fidedignidad las respuestas recolectadas en los cuestionarios. 

[4] Traducción libre de los autores.

[5] Para resguardar la identidad de los participantes en la investigación, se los ha nombrado con la letra “D” de Docente y números secuenciales (D1, D2, D3, etc.).